domingo, 16 de septiembre de 2007

El DEBER-SER DEL PERIODISTA Y EL SABER-SER DEL SISTEMA.


Las múltiples e idílicas visiones creadas en torno a la profesión o vocación del periodismo, han originado una especie de ceguera frente a una realidad que no es tan amable como se cree en el ejercicio de esta labor.

En el contexto colombiano donde paradójicamente puede faltar cualquier cosa menos noticia, en el que además del vértigo informativo y la carencia de tregua de los acontecimientos nacionales, el periodista debe sacar de su diccionario la palabra descanso y en muchos casos de su billetera, la calidad de vida. Aquellos hombres y mujeres que decidieron dedicar su vida entera y “aun lo hacen”, a comunicar, construir y reforzar los continuos hechos sociales de una nación tan activa como esta, hoy viven en su gran mayoría la conocida sobreoferta, rodeados de cortos contratos y al mismo tiempo de grandes vacíos en las políticas de ascenso y garantías laborales.

Es increíble que en un país donde se dice que cada minuto se adelantan decisiones (democráticas), el derecho a la información y de los que se arriesgan por comunicarla no se haga primar, tanto así que la remuneración de un periodista llegue a basarse en la edad, fuerza física, o en el peor de los casos en las “ayuditas” que se llevaron a cabo para ingresar a determinada empresa de comunicación. Esa ausencia de claridad es la que permite que muchos directores, jefes y presidentes de cadenas de comunicación ocupen esos cargos aun sin ser periodistas de profesión, oficio, convicción.

Semestralmente las academias de periodismo escupen cientos de profesionales en comunicación, tanto así que el 84% de los periodistas en el país son profesionales, esto significa por un lado el creciente interés por dicha carrera ya que 20 años atrás lo que primaba era el empirismo. Pese a este boom de profesionalización, los formatos, contenidos y la calidad en la transmisión de información se han mantenido ahí, por lo menos no se ha observado mayor avance en los grandes monopolios comunicativos, que evidencien buenas y transparentes propuestas.

Sin embargo la culpa de la situación de falta de oportunidades, exceso de sumisión, vacíos en políticas, garantías y visiones fabulescas que afronta el periodista colombiano contemporáneo, no es del todo de las grandes empresas o como dirían otros, del monstruo del capitalismo, que tanta renombranza a adquirido en los últimos años. La condición que afronta este sector profesional tan importante, es debido a esa arraigada tradición o maña de que el periodista no se debe especializar en temáticas sino en instituciones, dicha idea aceptada y aplicada por muchos ha sido el arma de doble filo, en el que se le da la razón a una regla que en la actualidad no debiera utilizarse y que al mismo tiempo impide el añorado deber-ser del periodismo.

Lo anterior hace apremiante que las academias de comunicación y periodismo involucren las especializaciones en sus facultades, donde no solo se aprenda a recitar paradigmas comunicacionales de antaño (que son importantes), sino que además se proporcionen espacios, herramientas, principios, ideologías que ofrezcan un verdadero impacto comunicativo en la información y análisis que debe proveer el periodismo colombiano, es decir que en vez de escupir profesionales, se entreguen a la sociedad periodistas con la capacidad de cumplir a cabalidad la gran responsabilidad de comunicar. A demás de esto, la importancia del conocimiento y la exigencia de los derechos laborales para los periodistas ante las empresas de comunicación y el estado, donde a demás de velar por la libertad de prensa también se gestione la calidad de vida. El poder de unión que debe surgir entre los comunicadores y periodistas es fundamental para la restitución de derechos que se han pisoteado a lo largo de la historia en este campo, evitar que estas agremiaciones se conviertan en clubes donde más que reflexiones académicas, críticas y la defensa de los intereses comunes, pasen a ser balcón de preocupación del cóctel se servirá en la noche.




Finalmente, en un país como éste, en el que hay tantas variables, hablar de comunicación y vivir de ella es arriesgado, no obstante estoy seguro que vale la pena seguir haciendo y promoviendo la verdadera comunicación para una nación que la necesita tanto.

4 comentarios:

Gina dijo...

Hola Edwin quería saludarte, decirte que tu blog está muy chévere y que eres un gran ser humano, espero que todo siempre te salga muy bien porque te lo mereces, saludos de Nico

Gina

Anónimo dijo...

HoLIZ CoMO ESTaS eSPErO ;


que bIeN mUY bueNo El aRTICULO,


bUENO nO Lo lEI PERO ,


dEbe EstAr BueNo jeJEJeJE,



bUENO MUCHAS GraCiAs X TU AmABilidAd,



BeSOs pAmElA.

Anónimo dijo...

Hola!! Te Felicito!! Sigue adelante!!!Sigues siendo tu original, Dios te bendiga!!Que tus redacciones así como esta..sean perfectas y sobre todo limpias!!Saludos desde Venezuela!!Esther

Anónimo dijo...

Hola Araque tus articulos esta muy chevres pero estan como larguitos jejeej .. pero muy bien redactados y bueno nada aqui esta un gran comunicador social..
que Dios te llene de su sabiduria inteligencia y su amor cada dia de tu vida y siempre lleves tu cosas de la mano con el .. Te bendigo mas existos. t.q.m....!!!!!!!!