miércoles, 18 de febrero de 2009

EL AÑO DEL RUIDO



Mientras escribo esta nota y mi reloj trata de tomar aire, el enloquecedor bullicio de la ciudad logra interrumpir la privacidad de mi habitación, los motores de los vehículos apestados de humo, las alarmas de las ambulancias que pasan de un lado a otro sin saber dónde ir y por supuesto las rechinantes voces de las personas que tienen que sobrevivir cada día en esta mole de cemento entran y salen con sus ecos en mi mente. El infierno, el caos no cesa, pero como buen “o mal” capitalino ya estoy acostumbrado.


Miro mi ventana y el sol ya se está ocultando tras los cerros de la gran ciudad, dejando un leve tono naranja en los edificios de la capital, y mientras esto ocurre solo trato de aquietar mi mente y pensar en que este gran engranaje en el que sobrevivo todos los días no me puede quitar la poca calma que me queda, la razón es simple, me lo repitió en algún momento de mi niñez el abuelo,

-este caos, es más viejo que el año del ruido-


Edwin Araque
Paz y Bien

lunes, 14 de enero de 2008

PROMOVER UNA SALIDA AL CONFLICTO ESRUCTURAL Y SOMBÓLICO, BASADOS EN LA ÉTICA DEL DISCURSO.


¿Qué importancia tiene la profundidad de un contenido, si de todas formas las sociedades siempre se han movido bajo los esquemas de lemas y frases bonitas?

Este cuestionamiento puede estar en boca de muchos en la actualidad, lo cual no quiere decir que sea de juzgar, ni de tachar a los que piensan de esta forma como si estuvieran recubiertos de ignorancia, porque aun algunos intelectuales contemporáneos (como se hacen llamar, o los llamamos) llegan a estar de acuerdo o incluso a participar en esa clase de contenidos que crean dichas preguntas.

Además, si hacemos memoria y si no estoy errado, somos hijos del choque entre imaginarios y símbolos tradicionales, en otras palabras y con menos arandelas, fuimos nacidos dentro de una crisis cultural, llena de acontecimientos nacionales, en los que la política, religión, escuela, academia, familia, incluso el mismo MERCADO, (en mayúscula porque aparentemente es lo único importante en estos días) no se salvan de uno de los mayores vacíos que como instituciones hemos permitido.

El error no esta en cierta reelección política “bueno, no del todo”, ni en la libertad de credo, tampoco en algunas teorías académicas e ilustres que de las bibliotecas no salen, por desgracia ¿o fortuna?, y mucho menos toda la falta esta en los temas de divorcio, aborto, inclinaciones sexuales que día a día salen a luz en los hogares y medios de comunicación. Tal vez se me puede estar cuestionando frente a lo que escribo (que bueno) ya que el caldo de cultivo y el eje de los “principales” problemas sociales son los descritos anteriormente, y sobre los cuales se nos ha dicho, se debe trabajar para llegar a esa palabra tan pequeña, especial, trillada, y manoseada, la paz.

Para continuar con el desarrollo de este tema a plenitud, me es necesario remitirme a una vivencia personal del pasado mes de diciembre, que de hecho hoy me anima a escribir estas líneas. Tuve la oportunidad y la fortuna de visitar una región del departamento de norte de Santander en la frontera con nuestro hermano país, Venezuela.

Se me había prevenido sobre todo; la lejanía geográfica, las altas temperaturas y los problemas en cuanto a seguridad, sin embargo viajé, llegué para sorpresa de muchos sano y salvo, con toda la confianza del mundo. En ocasiones pienso que todo ese imaginario que se me narró en un inicio sobre el lugar, era envidia (de la buena, claro) por ser yo el que tuvo la oportunidad de viajar a una región colombiana tan esplendida como esta.

Si comienzo a narrar las experiencias que tuve, terminaré por llenar paginas enteras tratando de poner en texto los paisajes, los caminos al amanecer, la sonrisa de los niños, la calidez de la gente, el valor que se le da a lo que en realidad se debe valorar, como la vida. Por eso, canalizaré por ahora, la emoción que me invade y de seguro en una ocasión no muy lejana, dedique un artículo para narrar esa buena experiencia y me tome el atrevimiento de compartirla con usted. Por ahora, sólo repito las palabras de Antonio Machado cuando dice; somos lo que somos por los encuentros que hemos tenido.

Tal vez se preguntará ¿qué relación existe entre el tema inicial y la experiencia que tuve en ese lugar del territorio colombiano? Y la respuesta es simple, toda.

Allí pude comprender que no solamente somos el resultado de una crisis cultural, sino que además hemos implantado modelos y estructuras en aras de alcanzar la tan anhelada paz, pero de forma agresiva, vertiginosa. Afirmo esto, no porque viva de sentimentalismos momentáneos, como se acostumbra, a demás esta de moda, sino porque desde el ámbito comunicacional que es el que me compete como profesional en formación, no se ha logrado una autentica cohesión social y mucho menos una identificación con ese modelo que se quiere frente al proyecto de paz y progreso de la región.

De ahí y de otras muchas vivencias, parto con mi tesis que al parecer no es nada nueva, pero espero por el bien de todos, que en esta ocasión adquiera un valor trascendente donde pase de ser un simple escrito, a hechos y acciones concretas, que se puedan ver, palpar, vivir: uno de los más grandes vacíos de nuestra sociedad y por ende de nuestras instituciones, es la crisis del discurso.

Es desalentador ver como en algunas regiones del país, las propuestas comunicativas utilizadas para los procesos de convivencia, progreso y paz sean los mismos de hace siete años, parece que dichos planteamientos se han vuelto reciclables para cada administración y lo único que se cambia cada cuatro años es “la frase bonita” del proyecto, pero el contenido sigue siendo igual, aún sabiendo que la generación, las circunstancias y el contexto de hace siete años ha cambiado, a vivido un poco más (algunos).

Por lo tanto, ¿cómo “exigir” el cese a un conflicto estructural donde el proceso de modernización en determinados sectores sociales es acelerado, violento, abusivo, inesperado y catastrófico?, ¿cómo pretender un no “rotundo” al conflicto simbólico, si los promotores y participantes de los procesos de negociación son terceros con intereses comunes? Estos y múltiples factores más, en los que el tema de la educación, la familia, la convivencia, el sostenimiento económico, toma matices trascendentales que dependiendo del buen uso del discurso, acompañado de acciones, hechos, acuerdos, arrojaran el SI a un nuevo conflicto “por fin”, pero esta vez con estrategias comunicativas eficaces que sigan aportando al desarrollo de las comunidades y por ende de la paz.

Ahora el cuestionamiento es ¿cómo se hace un buen uso del discurso en la solución de conflictos? sobre y para hechos. Debe basarse en las fortalezas de dichas discrepancias (primero que todo), en las debilidades, en los posibles acuerdos bilaterales, en las identidades de los que están inmersos dentro del conflicto.

Cuando se tienen en cuenta inicialmente estos lineamientos, el eterno circo de elite que además de ser un espectáculo ridículo y costoso que le quita tiempo, espacio a procesos comunicativos serios de la mano con otras instituciones, se debilitaría y las comunidades pasarían a ser protagonistas ante propuestas de paz, acuerdos, ¿Por qué? Porque se les esta teniendo en cuenta, no más como problema, ni victimas, sino como salida al conflicto.

Hacer que las comunidades se identifiquen con esas propuestas de convivencia, progreso y que además sean apoyadas integralmente, permite fortalecer esas dinámicas de integración social a las que me refiero, basados en el discurso y las acciones.

Lo anterior, es solo una pequeña muestra de nuestra realidad nacional, se amerita entonces, el llamado urgente a los verdaderos comunicadores, periodistas, y todos aquellos que nos hemos formado en la academia para comprender y ayudar a aplicar de la mejor manera, el complejo pero valeroso mundo de la comunicación, es el momento de tomar esa responsabilidad en serio, de hacer que esa imagen errada que nosotros mismo nos hemos encargado de vender al mundo, ser simplemente luces, cámara y espectáculo, pueda cambiar.

Hacer que la impotencia de ser el simple ojo espectador ante una realidad que se derrumba, comience a tomar acciones, a movilizase dentro del campo de una genuina ética, otra palabra más que se ha manoseado, y que para no extenderme en hablar sobre esta, debe borrarse de la lista de utopías (bien larga que si es), que ese ethos del que se hablo un día en la antigua Grecia, ese estilo de vida, nos lleve como medios de comunicación a fortalecer las redes comunicativas y humanas que se encuentran inmersas dentro del conflicto.

Tal vez nuevamente se me pueda estar cuestionando, porque se he hecho referencia en los errores de nuestra madre patria y de nosotros como astilla de ella (de tal palo…), se ha expuesto la importancia de un discurso coherente dentro del conflicto, acompañado de algunos lineamientos a tener en cuenta, y finalmente se ha hecho un llamado a los que estamos y que se supone que sabemos de comunicación, en hacer de esta vocación, acciones que contribuyan al mejoramiento del país desde nuestro campo.

Sin embargo creo que se me reclama algo más antes de finalizar, referirme a las acciones para la solución óptima del conflicto. No acostumbro en dar formulas, ni recetas mágicas, muchas veces, lo confieso, he descubierto el agua tibia, pero lo que me diferencia es que yo se lo hago saber a todos (bueno a los que puedo).

Por estos días el tema de lo alternativo y comunitario se ha puesto en boca y letra de muchos, la verdad no es algo de ahora, ya que si hacemos nuevamente memoria (nos hace mucha falta), a través de estos modelos, la sociedad civil y la lucha obrera dieron sus primeros pasos en la participación de lo público.

La idea no es solo rescatar los medios comunitarios, alternativos, sino aplicarlos bien, ofrecer a través de estos el reconocimiento de la pluralidad cultural, ser pensados para las comunidades, donde se refleje y se tenga en cuenta las necesidades, gustos, los proyectos de los grupos poblacionales, el permitir que el discurso y los contenidos sean entendibles, con bases sólidas, acordes al contexto y al proyecto que se suscite.

Apostarle a esta forma de comunicación, es permitir que se facilite la participación, que los niveles de cohesión social sean cada vez mejores y que los proyectos para traer un mejoramiento nacional, creados y vistos a la luz de la radio, televisión, y prensa comunitaria, proporcionen una igualdad no solo de derechos sino además de responsabilidades, en las que el discurso acompañado de hechos genere espacios para la libertad de expresión y la solución de conflictos, ir mas allá de las frases bonitas con las que crecimos desafortunadamente.

Finalmente traigo a colación mi corta pero gratificante experiencia en la región del departamento de norte de Santander en la frontera con Venezuela, los problemas de seguridad están siendo controlados, las gestiones de las diferentes instituciones se ven a través de la puesta en marcha de proyectos como lo son los grandes sembradíos de palma africana que inundan las planicies, remplazando de esta forma los cultivos ilícitos en el bello paisaje fronterizo.


Pero aún falta algo, la movilización, el trabajo de los comunicadores en estas regiones donde más que el cese armado, se necesita del rescate y la reconstrucción de la cohesión social, de un discurso que arroje soluciones, volver a mostrar todo lo que estas comunidades son, que esa participación civil a través de los medios comunitarios y alternativos sea el inicio de un modelo verdaderamente democrático hacia hechos de paz basado en el discurso.

X Edwin Araque.


domingo, 16 de septiembre de 2007

El DEBER-SER DEL PERIODISTA Y EL SABER-SER DEL SISTEMA.


Las múltiples e idílicas visiones creadas en torno a la profesión o vocación del periodismo, han originado una especie de ceguera frente a una realidad que no es tan amable como se cree en el ejercicio de esta labor.

En el contexto colombiano donde paradójicamente puede faltar cualquier cosa menos noticia, en el que además del vértigo informativo y la carencia de tregua de los acontecimientos nacionales, el periodista debe sacar de su diccionario la palabra descanso y en muchos casos de su billetera, la calidad de vida. Aquellos hombres y mujeres que decidieron dedicar su vida entera y “aun lo hacen”, a comunicar, construir y reforzar los continuos hechos sociales de una nación tan activa como esta, hoy viven en su gran mayoría la conocida sobreoferta, rodeados de cortos contratos y al mismo tiempo de grandes vacíos en las políticas de ascenso y garantías laborales.

Es increíble que en un país donde se dice que cada minuto se adelantan decisiones (democráticas), el derecho a la información y de los que se arriesgan por comunicarla no se haga primar, tanto así que la remuneración de un periodista llegue a basarse en la edad, fuerza física, o en el peor de los casos en las “ayuditas” que se llevaron a cabo para ingresar a determinada empresa de comunicación. Esa ausencia de claridad es la que permite que muchos directores, jefes y presidentes de cadenas de comunicación ocupen esos cargos aun sin ser periodistas de profesión, oficio, convicción.

Semestralmente las academias de periodismo escupen cientos de profesionales en comunicación, tanto así que el 84% de los periodistas en el país son profesionales, esto significa por un lado el creciente interés por dicha carrera ya que 20 años atrás lo que primaba era el empirismo. Pese a este boom de profesionalización, los formatos, contenidos y la calidad en la transmisión de información se han mantenido ahí, por lo menos no se ha observado mayor avance en los grandes monopolios comunicativos, que evidencien buenas y transparentes propuestas.

Sin embargo la culpa de la situación de falta de oportunidades, exceso de sumisión, vacíos en políticas, garantías y visiones fabulescas que afronta el periodista colombiano contemporáneo, no es del todo de las grandes empresas o como dirían otros, del monstruo del capitalismo, que tanta renombranza a adquirido en los últimos años. La condición que afronta este sector profesional tan importante, es debido a esa arraigada tradición o maña de que el periodista no se debe especializar en temáticas sino en instituciones, dicha idea aceptada y aplicada por muchos ha sido el arma de doble filo, en el que se le da la razón a una regla que en la actualidad no debiera utilizarse y que al mismo tiempo impide el añorado deber-ser del periodismo.

Lo anterior hace apremiante que las academias de comunicación y periodismo involucren las especializaciones en sus facultades, donde no solo se aprenda a recitar paradigmas comunicacionales de antaño (que son importantes), sino que además se proporcionen espacios, herramientas, principios, ideologías que ofrezcan un verdadero impacto comunicativo en la información y análisis que debe proveer el periodismo colombiano, es decir que en vez de escupir profesionales, se entreguen a la sociedad periodistas con la capacidad de cumplir a cabalidad la gran responsabilidad de comunicar. A demás de esto, la importancia del conocimiento y la exigencia de los derechos laborales para los periodistas ante las empresas de comunicación y el estado, donde a demás de velar por la libertad de prensa también se gestione la calidad de vida. El poder de unión que debe surgir entre los comunicadores y periodistas es fundamental para la restitución de derechos que se han pisoteado a lo largo de la historia en este campo, evitar que estas agremiaciones se conviertan en clubes donde más que reflexiones académicas, críticas y la defensa de los intereses comunes, pasen a ser balcón de preocupación del cóctel se servirá en la noche.




Finalmente, en un país como éste, en el que hay tantas variables, hablar de comunicación y vivir de ella es arriesgado, no obstante estoy seguro que vale la pena seguir haciendo y promoviendo la verdadera comunicación para una nación que la necesita tanto.

jueves, 3 de mayo de 2007

¿EMOCIÓN O RE-EMOCIÓN?


Las herramientas además de ser creadas como ayuda para el ser humano también tienen el objetivo de suplir parte de sus necesidades, es por ello que es casi imposible encontrar en la actualidad ciencias o disciplinas donde no se haya adoptado la tecnología como un instrumento indispensable.

En aras de conseguir suplir esas necesidades al máximo, emerge la idea y el hecho de hablar de “ordenadores emocionales”, donde la relación entre usuario y maquina trascienda de la ejecución a la comunicación. La pregunta es; ¿por qué emocionales?, la respuesta a este interrogante es porque los seres humanos estamos mediados por las emociones en el momento de tomar decisiones, además de realizar funciones como la percepción, el aprendizaje y otras funciones cognitivas. Es por esto que las investigaciones que se están adelantando en el proyecto de ordenadores emocionales llevan como piedra angular el sistema cognitivo.

Sin embargo en pleno siglo XXI, muchos ironizan la posibilidad de un ordenador que pueda percibir emociones y no solo eso, sino además la idea de que estos sistemas puedan expresar las mismas. Estos avances se están dando y se deben dar, ya que si los seres humanos estamos cargados de emociones, que mejor que una herramienta pueda percibirlas y responder a necesidades no solo instrumentales sino también emocionales. Según esto es considerable entonces ampliar la visión y la credibilidad hacia la posibilidad de ordenadores emocionales.

El ser-humano, como ser emocional se supone que esta facultado para otorgarle a un ordenador ciertas emociones, no obstante cabria plantearse, ¿en que mediada se puede transmitir una capacidad psíquica y psicológica a un sistema tecnológico?, es decir, ¿se podrían transmitir esas emociones (re-emoción)?, ¿o se tendría que hablar de una creación de emociones para ordenadores que se complementen con las humanas?

Finalmente la coyuntura no es si se esta deacuerdo o no con la creación de ordenadores emocionales, puesto que esto ya se esta dando, sino mas bien es el saber si estos sistemas son neo-emocionales o re-emocionales, todo esto para tratar de comprender como los instrumentos pueden llegar a complementarse con una parte de la esencia del ser humano, las emociones.
X EDWIN ARAQUE.

miércoles, 11 de abril de 2007

UNA MIRADA AL GEN CULTURAL.


*Visita: exposición de arte popular, Biblioteca Luis Ángel Arango.
*Articulo.

"El debate sobre las opiniones de un grupo humano constituyen la base del dialogo fructífero entre los integrantes de una comunidad. El coloquio sano, que se nutre tanto de la discordancia como del acuerdo, enriquece la colectividad y fortalece el desarrollo de un sentido critico sobre si mismo y sobre el entorno".

Colombia es un país que a lo largo de su marcada historia ha tenido que afrontar y recibir múltiples situaciones de todas las esferas sociales, desde crisis políticas, hasta la visita del papa. Sin embargo todos esos hechos han permitido que el gen cultural colombiano se haya reforzado en cada integrante del contexto nacional y creado múltiples formas de ver, comprender y entender la realidad de ese capo semántico que les circunda.

Es por ello que emergen vastos modos de expresión guiados a la colombianidad a través de la pintura, fotografía, escultura, puestas en escena, etc… para hacer visible realidades desde los ojos, las manos, el lente y la creatividad de artistas con el gen cultural, el gen colombiano.

Hablar de cultura popular para muchos suena como algo "bajo", "sin clase" o por que no decirlo "sin importancia", todo esto ocurre por el constante bombardeo de los medios y las instituciones en dar juicios de lo que esta in o lo que esta out, de lo que es bueno o no, de lo que tiene clase o simplemente es algo popular. A pesar de ello cabe resaltar que lo popular esta latente en todos los sujetos sociales sin importar su condición estrato-económica, puesto que el verdadero sentido y valor de lo popular no reside en su belleza sino en la representatividad de determinada cultura o grupo social.

El valor que se le da a la familia y todas la practicas realizadas en ella, las relaciones en grupo (vecindario, barrio, conjunto, condominio) las posiciones morales, la religiosidad, los miedos colectivos, las tendencias a encerrarse en si mismo cuando algo sale mal, o tal ves a ayudar cuando se esta en apuros, son rasgos característicos de la cultura popular, del gen cultural.

"Las creencias, a menudo las discrepancias se entretejen para darle cuerpo a esa urdimbre de valores que identifica un conglomerado. El respeto de los credos y el pluralismo que equivale a la conformidad con la libertad de pensamiento, es el primer paso en el reconocimiento de la diferencia y uno de los ingredientes esenciales en la paz".

Todas esas relaciones e interacciones sociales están enmarcadas dentro de momentos históricos que modifican esos procesos colectivos y hacen que las visiones de mundo sean expuestas por medio de sus prácticas culturales.

Las situaciones que afronta Colombia en la actualidad demanda de los que vivimos en ella, sacar a flote ese gen cultural, ser enculturadores, es decir, re-tomar nuestra propia cultura, expresarla como en realidad es, como enrealidad somos, todo ello teniendo en cuenta que lo popular no va hacia lo primitivo sino hacia un modelo autentico y original de una cultura.

"El proceso de desarrollo en una comunidad esta ligado a la pertenencia de un lugar, a la vinculación con la tierra o, por el contrario, al éxodo y al desarraigo. Los recorridos implican nostalgia, con frecuencia amarguras pero también ganancia cultural, nuevas miradas y tal ves mejores oportunidades".

(Las tres frases citadas en el transcurso del artículo fueron tomadas de las diferentes secciones (controversias, creencias, recorridos) de la exposición de arte popular en la Biblioteca Luis Ángel Arango).

X EDWIN ARAQUE.

IDENTIDAD VIRTUAL.



El mundo virtual creado por el físico de 38 años Philip Roseadle a comienzos del 2005, ha permitido que millones de usuarios del sistema Internet y miembros del espacio virtual SECOND LIFE, puedan tener una vida paralela en línea.

La idea de este mundo según su creador, es permitir que las personas puedan ser o hacer lo que siempre quisieron, por ejemplo en la realidad se puede ser un repartidor de pizzas, mientras en second life se es el mejor espadachín del mundo. Es por ello que la posibilidad de tomar diferentes personalidades es uno de los grandes atractivos. Ligado a esto, el mundo life también tiene establecido todo un modelo económico en el que se pueden comprar propiedades virtuales con dinero real, hacer amigos on-line , practicar deportes, asistir a fiestas, viajar por el mundo, hacer compras y múltiples posibilidades más. El único limite que tiene el mundo second life es la imaginación de su membresía.

Se podría decir entonces que el futuro de la Internet más que tratar ser un medio eficaz de información, comunicación, educación y entretenimiento, puede llegar a convertirse en un nuevo mundo, en el edén contemporáneo.

Los mundos virtuales creados en la Internet pueden ser el resultado de la constante búsqueda de la sociedad actual por expresar y llegar a ser lo que siempre han soñado, también puede ser el reflejo de lo que el ser humano guarda dentro de sí o la exageración de lo que es.
Por lo anterior no se pueden dar juicios de si estos mundos virtuales son nocivos o no, simplemente a través de este fenómeno se puede vislumbrar como en términos comunicativos los emisores están teniendo en cuenta más que nunca la participación de las audiencias, independientemente de los fines que se busque con ello.
En el caso de los mundos virtuales como Second Life, se inventan formas de ganar dinero generando actividades para que en la práctica "vivir" allí tenga gracia.

Solo queda re-pensar el manejo que se le esta dando a estos "nuevos" contenidos y finalmente tomar la decisión si estar allí o seguir viviendo en esta "realidad", donde también todo es posible pero con "el mismo rostro".

*Si desea tener acercamiento al mundo Second Life puede ingresar a:
X EDWIN ARAQUE.